TRAS LA SENDA DE LAS VOCES DE LA ALIMENTACIÓN
Solo la mirada atenta, la mirada en la sorpresa y la ingenuidad puede despertar la curiosidad necesaria para ver más allá de lo que las palabras de uso tan cotidiano, como las de la alimentación, nos cuentan. Una visita al supermercado, un desayuno el domingo o un simple paseo nos muestran las sendas ocultas de todo aquello que comemos, pero que no vemos como palabras, simplemente como alimento, como capricho, como placer...
El léxico de la alimentación es uno de los temas más amplios y menos estudiados de nuestra lengua. Su interés va más allá de la definición y la etimología, pues, cada término en esta parcela extiende un amplio abanico de posibilidades diatónicas y diacrónicas, esto es, la zona geográfica y el devenir histórico son una fuente inagotable de información.
Una visita al supermercado despertó nuestro interés por la voz "ventresca". Cuando llegamos a casa, lo primero que hicimos fue comprobar si estaba recogida en el diccionario académico y en la edición que consultamos en ese momento, la vigesimoprimera (1992) no se encontraba y tampoco en ninguna de las anteriores. ¿Por qué? ¿No es una voz española, a pesar de su uso en todas las latas del supermercado? Indagamos siglos atrás y descubrimos la senda que esta voz tuvo que recoger hasta llegar a las latas del supermercado y esto nos contó una interesante historia. Este trabajo se publicó en Analecta malacitana. Revista de la sección de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras, en 1999. Hoy, esta voz sí se encuentra en el diccionario académico de consulta en línea. Ahora bien, no todas las investigaciones llegan, como ha ocurrido en este caso, a la revisión de la RAE. Ahora bien, la definición del diccionario académico es el fin del camino, nuestro trabajo es el viaje completo.





Comentarios
Publicar un comentario